Cómo empezó todo esto

Pocomacoco no nació de un plan maestro ni de una lluvia de ideas en una sala de reuniones. Surgió como surgen muchas cosas importantes: de la necesidad de crear algo que no existía del todo. Una forma de compartir lo que ya venía haciendo —para mis alumnos, mi aula, mi centro o incluso mis amigos— y reunirlo en una sola plataforma. Un espacio donde mi trabajo pudiera transformarse también en mi hobby, sin perder su esencia educativa, creativa y cercana.
Entre aulas, materiales, cafés fríos y un montón de libretas llenas de garabatos, fue tomando forma la idea de un proyecto que mezclara educación, diseño, juego y ganas de hacer las cosas con alma.
Pocomacoco es una mezcla de muchas cosas: una pizca de pedagogía, un buen puñado de diseño, algo de música, un toque de humor, y sobre todo, muchas ganas de compartir. Porque detrás de cada idea, cada juego o cada recurso, hay una intención clara: poner a las personas en el centro y hacer que aprender —o enseñar— tenga sentido.
No pretendo tener todas las respuestas, pero sí muchas preguntas interesantes. Y una cosa clara: si algo no existe… puedo inventarlo.

